Escrito por: Alan Woods
Con un profundo sentido de tristeza y dolor acabo de recibir la noticia del fallecimiento de mi gran amigo y camarada, el profesor Germán, notable científico y teórico marxista de Puebla, México. Yo tenía el gran privilegio de conocerlo. Hace un par de años él fue ponente, junto conmigo, en una presentación pública del libro que escribí junto con Ted Grant Razón y Revolución en Puebla. Tuvo la amabilidad de alabarlo, lo que considero un gran honor. Me dijo que tenía la intención de escribir un trabajo desarrollando las tesis fundamentales de Razón y Revolución, que él veía como una continuación y puesta al día de la Dialéctica de la Naturaleza de Federico Engels.
No sé si logró hacerlo, pero su aportación al desarrollo de la filosofía marxista y su relación con las ciencias naturales era muy importante. El profesor Germán era el mejor tipo de intelectual: un hombre erudito, con unos conocimientos muy profundos de la ciencia y la filosofía, pero a la vez humilde y modesto. A diferencia de muchos académicos, el profesor Germán nunca se encerró entre las cuatro paredes de la universidad. No era un ratón de biblioteca, sino un comunista militante, que, también, a diferencia de muchos, se mantuvo siempre fiel y firme en su adhesión a la causa de la revolución socialista hasta el final. Su muerte es una gran pérdida para la ciencia, para el pueblo mexicano, para el mundo entero. Con su fallecimiento el movimiento obrero ha perdido a uno de sus mejores defensores. Sus amigos y camaradas, entre los que me considero uno de ellos, rendimos homenaje a la vida de este gran hombre. Considero que la mejor forma de honrar su memoria es continuar su lucha for la causa más noble del mundo: la emancipación de la clase trabajadora y la creación de un mundo digno para seres humanos.
Transmito mis más sinceras condolencias a su familia y a sus amigos.
Alan Woods.
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