Ingrid Storgen | Para Kaos en la Red
Ayer recibí un mensaje con amenazas por haber escrito el artículo que titulé “La Noche de las Brujas”. Quien me lo dirige se identifica como Mary Luz Herrán, a quien recientemente denuncié, basándome en pruebas contundentes que aún detento, como agente secreto del Ejército.
Mi artículo de denuncia, titulado “Exijo ¡ya! un TLE”, que hasta la semana pasada aparecía en Internet, desapareció completamente esta semana. Ya no se encuentra en Google ni en ningún otro buscador, a pesar de que había sido distribuído por diez páginas web (de Venezuela, de Cuba, de Suiza, de México, etc.).
El mensaje amenazante dice que el terrorismo en Colombia no proviene del Ejército sino de gentes como yo. No me extrañan esas amenazas y estoy lo suficientemente vieja (71 años) como para no tenerle miedo a la muerte. Más le temo a la cobardía y al silencio frente al monstruoso terrorismo de Estado que Colombia está padeciendo. Prefiero que me odien por lo que digo y no que me aplaudan por lo que callo.
De manera que la nota que iba a enviar hoy a mis listas, a partir de la noticia que dió ayer el periódico El Tiempo, según la cual el general Mario Montoya confirmó que sólo se enteró de la purga de los militares 2 horas antes de que el hecho sucediera, diciendo: “No fuí consultado… Si me hubieran consultado habría hablado por ellos porque como comandante del Ejército tengo la obligación de exigirles, pero también de defenderlos y procurar que se actúe de la manera más justa”.
¿Qué significa esta actitud por parte de Montoya? Que él no podía permitir que destituyeran a 27 altos mandos del ejército sin salir a defenderlos, porque podrían hablar. ¿A quién le cabe en la cabeza que los “falsos positivos” no son una política oficial del Ejército? Son demasiado generalizados en todo el territorio nacional y demasiados en número para aceptar que son hechos aislados. Más aún, si uno conoce el prontuario de la vida de Montoya, que anexo a la presente, no cabe duda de cómo practica la seguridad democrática. Envío el prontuario como respuesta a las amenazas que me ha enviado su agente, que fuera secreto y que debió dejar de serlo cuando - pruebas al canto - la denuncié,
Pero también anexo mi canción preferida - realizada en un montaje precioso para Internet - que, simultáneamente con las amenazas, me llegó de una gran amiga, que ha sido perseguida, que tuvo que salir de su país por la persecución que le montó la oligarquía, pero que ahora se encuentra nuevamente con los suyos y en plena lucha por la justicia para todos. Gracias a ella por la canción que siempre he querido que se cante el día de mi entierro, como testamente de vida. No me arrepiento de lo que he sido y toda persecución de que he sido objeto me ha demostrado que mi lucha no ha sido en vano. Si mi esfuerzo hubiera sido inútil me habrían dejado en paz.
Cordialmente, Gloria Gaitán
Si algo me llega a ocurrir, señalo como responsable al general Montoya y a sus agentes: Mary Luz Herrán, Vladimir Zabala y Hernando Corral (hoy asesor personal del Ministro de la Defensa).
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